En todos los idiomas del mundo, el alfabeto es su parte más íntima. En el nombre que una persona lleva está cosido el código sagrado de toda su vida. La primera letra del nombre es la más importante, determina la energía, la individualidad y el destino de una persona.
En mi nueva serie de pinturas, combino la metafísica de cada letra con la esencia feliz de su carácter.
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